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Reconciliación

Reconciliación
En términos generales, la reconciliación significa la reconquista de la amistad, el amor y el entendimiento entre dos o más partes enfrentadas. La palabra reconciliación deriva del latín «reconciliare» que significa «reconciliar, recuperar». En un principio, este término se utilizaba para referirse al vínculo entre Dios y los hombres, lo que originó una transformación en la forma en que los hombres se relacionaban entre sí. Los expertos en conflictología consideran que la reconciliación representa un proceso en el que las partes implicadas en el conflicto inician una relación que les lleva a una comunicación en la que se reconocen las faltas y se establecen las bases de un supuesto acuerdo.

Reconciliación

¿Cómo se puede reconciliar una relación que está dañada? ¿Es posible? Yo creo que sí, casi siempre. Sin embargo, hay casos extremos, como los abusos en el seno de una familia, en los que la reconciliación será extremadamente difícil o incluso imposible a menos que el agresor acepte la responsabilidad y las consecuencias de sus actos, incluso si esas consecuencias incluyen acciones legales.

¿Qué ocurre después de la reconciliación? A menudo, encontramos que las relaciones son realmente más fuertes después de la reconciliación.

A menudo, la reconciliación es esencial porque vivimos o trabajamos con la persona con la que estamos enfrentados. Sin embargo, para que la reconciliación funcione de verdad, debemos desearla. No nos reconciliaremos con nadie si no lo deseamos. Por supuesto, la otra persona debe desearla o, al menos, estar abierta a ella también.

Los sencillos pasos que aquí reseño llevan algo de tiempo. Pero funcionan. Así que permítete pasar por ellos. Ten en cuenta que es posible que la otra persona no siga los mismos pasos. Si este es el caso, toma nota de mis palabras de consejo en el tercer paso.

Tres poderosos pasos para la reconciliación

Se necesitan dos personas para que una relación funcione. Cuando las relaciones se desmoronan, por lo general ambas partes tienen cierta responsabilidad. Así que hay dos pasos iniciales para la reconciliación. Es importante dar esos pasos en el orden correcto.

Es imposible dar estos pasos adecuadamente en el "fragor de la batalla". Primero hay que calmarse y alejarse un poco. Sólo entonces se puede empezar.

Primer paso: mirar hacia adentro

Sólo hay una persona en la que puedes trabajar para cambiar: ¡tú mismo! Queremos cambiar a los demás, pero tenemos una influencia limitada y ningún control para que eso ocurra.

En las relaciones rotas, debes preguntarte cuál fue tu parte del problema. ¿Qué has dicho? ¿Qué hiciste o dejaste de hacer?

Esta mirada interior debe ser honesta y vulnerable. Si pones excusas y justificas tus acciones, no tendrás éxito en este paso. Antes de poder perdonar honesta y completamente a otra persona, debes examinarte honesta y completamente para evaluar tu parte del problema.

Una vez que hayas determinado lo que has hecho mal, debes hacer algo al respecto. Reza por ello, corrígelo, discúlpate.

Sólo después de haber completado este paso puede dar el siguiente.

Segundo paso - Mira hacia afuera

¿Cómo contribuyó la otra persona a este conflicto? ¿Qué ha dicho o hecho? ¿Qué no dijo o hizo?

Tomarse un tiempo de calma para analizar esto es esencial porque lo que viene después es el perdón a esa persona. Lo que sea que haya hecho para ofender debe ser perdonado para poder seguir adelante. Este perdón no tiene que ser necesariamente expresado a esa persona, pero debe estar absolutamente claro en tu corazón y en tu mente.

¿Qué es el perdón? Perdonar es conceder un perdón por una ofensa y tratar al ofensor como si la ofensa no hubiera ocurrido. Esa es la forma en que Dios nos perdona.

Tercer paso - Comunicar

Por último, debes tomarte el tiempo para comunicarte con la otra persona. No es el momento de echar la culpa, sino de aceptar la responsabilidad.

Si la otra persona todavía está en el "modo de culpar", simplemente aceptar la única responsabilidad puede ser su único recurso. Recuerda lo que está escrito: "procurad la paz con todos" (Hebreos 12:14 - ESV) y date cuenta de que tu esfuerzo hará mucho para sanar cualquier herida.

Debes expresar cómo cambiarás o manejarás las cosas de manera diferente. También es una oportunidad para expresar cómo te sentiste durante el conflicto y en la reflexión posterior al mismo.

Es el momento de escuchar a la otra persona para comprenderla mejor y saber cómo se siente. Es posible que tengas más éxito durante este paso si te decides a escuchar más que a hablar. Durante esta fase puedes conocer a fondo a la otra persona, aprender otra perspectiva y quizás incluso descubrir experiencias pasadas que contribuyen a la relación, para bien o para mal.

¿Qué necesitas hacer?

¿Hay alguien con quien tienes dificultades? ¿Necesitas reconciliarte con un amigo o familiar cercano? Cuanto antes lo hagas, más fácil será esa reconciliación.

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