Saber perdonar
¿Cómo podemos perdonar a quienes nos ofenden? ¿Cómo podemos perdonar una traición? Todos hemos sufrido injusticias y humillaciones que nos han dolido a lo largo de nuestra vida y, normalmente, surge la tendencia a querer hacer sufrir a quien nos ha agraviado, «ojo por ojo y diente por diente» como se suele decir. Sin embargo, debemos tener en cuenta que esta ley actúa como un boomerang causando un gran daño también a nosotros mismos. No es justo para uno mismo estancarse en el resentimiento y la venganza, ya que esto nos impedirá avanzar.
Saber perdonar
La experiencia del perdón es un proceso. Dado que cada situación es única, es imposible predecir cuánto tiempo llevará o qué pasos serán los más importantes para llevar a cabo. He aquí algunas ideas para iniciar el proceso:
- Reconoce tus sentimientos de ira y dolor. A veces parece que es más fácil negar los sentimientos o reprimirlos, porque duele sentirlos. A la larga, negar estos sentimientos sólo te causa más dolor y en realidad prolonga el daño.
- Expresa tus sentimientos de forma constructiva. No importa lo mal que te hayan tratado o lo enfadado que estés, nunca es aceptable hacer daño a nadie. Es posible que necesites encontrar una tercera persona neutral con la que hablar hasta que te sientas más tranquilo con la persona que te ha hecho daño.
- Dependiendo de la situación, la persona que te hirió puede seguir siendo un peligro para ti, física o emocionalmente. Es importante que te protejas para que no te vuelva a hacer daño.
- En algún momento, verás que te perjudica aferrarte a los sentimientos de dolor y rabia. Estos sentimientos pueden ocupar espacio en tu psique y entrometerse en tu sensación de bienestar. Puede que te sientas físicamente mal. Es entonces cuando estarás preparado para tomar la decisión de dejar de hacer daño.
- Esté dispuesto a ver la situación desde el punto de vista de la otra persona. Esto te ayudará a desarrollar la compasión, que acabará sustituyendo los sentimientos de ira. Una técnica útil es escribir una carta a ti mismo como si fueras la otra persona. Utiliza sus palabras para explicar las cosas hirientes que te han hecho. Esto te saca del papel de víctima y te ayuda a recuperar tu poder.
- No es necesario saber por qué ocurrió el comportamiento hiriente. Incluso si te enteras de la razón, probablemente no te sentirás mejor. Lo más probable es que la persona que te ha hecho daño tampoco sepa por qué lo ha hecho.
- Piensa en el papel que has jugado en la situación. No te culpes, más bien perdónate por el papel que has desempeñado.
- Recuerda alguna vez en la que hayas causado daño a otra persona y ésta te haya perdonado. Recuerda cómo se sintió la culpa. Luego, recuerda lo que sentiste cuando la otra persona te perdonó. Probablemente te sentiste agradecido y aliviado. Recuerda lo que sentiste y considera dar este mismo regalo a la persona que te hirió.
- Haz una lista de las acciones que necesitas perdonar. Describe las acciones concretas que te han hecho daño. Exponga lo sucedido, con la mayor objetividad posible.
- Haz una lista de los aspectos positivos de tu relación con la persona que te hizo daño. Tiene que haber algo positivo, o no habrías participado en ella. Esto te ayuda a recuperar cierta perspectiva y a no pintar el panorama en términos completamente negativos.
- Escribe una carta a la persona que te hizo daño. Esta carta es para tu curación; no es necesario que la envíes por correo.
- Describe los aspectos positivos de la relación y expresa tu perdón por los comportamientos hirientes. Expresa todos tus sentimientos, tanto los positivos como los negativos.
- Si has decidido terminar tu relación con la persona a la que has perdonado, haz una ceremonia para simbolizarlo. Tal vez quieras quemar la carta y la lista, o puedes visualizar algún tipo de final.
- A veces, la persona a la que tienes que perdonar eres tú. Puedes empezar a perdonarte a ti mismo dándote cuenta de que, cuando cometiste el error, no te propusiste deliberadamente hacer daño a otra persona. Si hubieras sabido tomar mejores decisiones, lo habrías hecho. Hiciste lo mejor que pudiste en ese momento.
- Haz que el perdón sea tangible. Puedes optar por enviar la carta a la persona a la que perdonas o contarle a un amigo de confianza lo que has hecho.
- Una vez que hayas soltado el dolor y te hayas liberado de las heridas del pasado, lo más probable es que sientas una mayor sensación de libertad y bienestar. Ahora eres libre de seguir adelante con tu vida sin amargura ni resentimiento. Ya no tienes que mirar al pasado con ira.
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